Concentración en Sierra Nevada

Este año queríamos probar algo nuevo en nuestro entrenamiento. Bien son sabidas las mejoras fisiológicas que aporta el entrenamiento en altura, por lo que decidimos hacer una concentración en el CAR de Sierra Nevada, a 2.320m de altura.
Este centro se hizo muy famoso gracias a los éxitos de Mireia Belmonte, quien hace varias concentraciones a lo largo de toda la temporada. Pero como decían en cierto programa de televisión: “como no es lo mismo contarlo que vivirlo, vamos a estar 21 días entrenando en altura”.
Lo primero era cuadrar fechas (de esto se encarga la cabeza pensante de mi planificación, Jordi) y el segundo punto y más delicado, ver a quien engañábamos para que nos acompañara durante las tres semanas. Menos mal que estoy rodeado de grandes personas y deportistas. Para no cansarse mucho de mi compañía, se turnaron una semana Carles, Edu y Josep, buenos amigos, entrenadores y machacas.
Deportivamente, todo el mundo nos contaba que la primera semana era de adaptación y que luego poco a poco el cuerpo se acostumbra y cuesta menos entrenar. Bueno, esa es la teoría, nuestra realidad es que desde el primer día hasta el último no dejamos de sufrir. Es una sensación un tanto extraña, de ir forzado incluso a ritmos bajos. ¿Sabéis esos días que la piscina parece más larga de lo habitual? Pues así estuvimos durante tres semanas.
Nuestra rutina era muy similar a la de un convento de clausura. Dado que a las 7 de la mañana teníamos que estar nadando, a las 6:45 estábamos de pie. El resto del día lo dedicábamos a seguir entrenando, comer y por supuesto dormir. La siesta era una parte básica del plan. Antes de las 10 de la noche nos metíamos dentro de la cama. Lo dicho, vida de monjes.
Otro detalle que impresiona mucho es el nivel de los deportistas allí concentrados. Equipos ciclistas profesionales preparando el Tour, atletas internacionales y selecciones olímpicas de natación. Da hasta un poco de vergüenza entrenar en las mismas instalaciones. Por si quedaba alguna duda, los triatletas somos los que no servimos para ningún deporte. A años luz de cualquier nadador, ciclista o atleta.
Una gran experiencia de la que aprendimos mucho y que estamos seguros nos ayudará a mejorar. Destacar la gran amabilidad y buen trato de todo el personal que allí se encuentra y por supuesto agradecer a mis tres compañeros/guías su ayuda y a la federación valenciana de triatlón por darnos la posibilidad de realizar esta concentración. Sin lugar a dudas, volveremos.